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¿Criptomonedas afectan el medio ambiente? Esta es un cuestionamiento serio que ha estado presente desde hace más de una decada.
La aparición en el mundo de las criptomonedas ha creado un gran impacto en diversas áreas, principalmente en lo tecnológico, lo político y por supuesto en la economía.
Por otro lado, existen otros aspectos que se han visto afectados por la generación de estas criptomonedas, que muchas veces no son considerados, como es el caso del ecológico.
Sin embargo, en los últimos días se ha vuelto una tendencia los debates sobre el daño que recibe el medio ambiente por parte de la minería de bitcoins específicamente. Esto se debe a recientes declaraciones de Bill Gates a través de la red social Clubhouse, en las que criticaba la compra de 1500 millones de dólares en dicha criptomoneda por parte de Tesla (compañía de Elon Musk).
Algunas inquietudes en este sentido son tratadas en esta publicación. ¿Realmente es significativo el consumo de energía al minar? ¿Repercute la generación de criptomonedas en el medio ambiente?
Criptomonedas y consumo eléctrico
Minar criptomonedas conlleva un consumo de electricidad bastante elevado. Tan es así que según datos de Digiconomist, si todos los mineros de bitcoins conformaran una nación, estarían ocupando la posición 41 en la lista de países de mayor consumo a nivel global.
Mientras que los mineros de Ether (token perteneciente a la cadena de bloques Ethereum) estarían unos puestos más abajo, en la posición 121.
Para tener una idea más clara, al minar bitcoins desde una máquina se consumen diariamente aproximadamente 215 KWh de electricidad. Esto equivale a 8 días de consumo de una familia en España.
De hecho, en muchos países se ha incrementado el consumo energético en hasta un 30% a raíz del boom que han tenido las criptomonedas en el mercado, lo cual es una cifra que podría considerarse alarmante.
¿Cómo funciona la minería de criptomonedas?
La producción de bitcoins depende solo de la minería, y a diferencia de las monedas fiduciarias todo es totalmente digital, no requiere de impresiones físicas.
Los llamados mineros son quienes se dedican a generar lo que se conoce como un código hash que sirve para validar los bloques (transacciones entre usuarios del criptoactivo) de un sistema blockchain, los cuales se transmiten a una red compuesta por miles de ordenadores de manera encriptada.
Para ello utilizan un software específico para resolver acertijos criptográficos muy complejos.
Con esto se logra que cada usuario de la criptomoneda esté al tanto de las transacciones que se llevan a cabo. La finalidad de esto es evitar que se produzcan fraudes del algún tipo.
Los mineros se benefician de manera ocasional, recibiendo alguna fracción de bitcoin, lo que podría compararse a jugar la lotería.
Es por ello que los mineros no usan un solo ordenador, sino varios, buscando incrementar sus ganancias. Además, a cada equipo le integran múltiples tarjetas gráficas. Sin contar que el trabajo de estas es permanente las 24 horas del día.
¿Por qué la producción de criptomonedas afectan el medio ambiente?
La dificultad de producir criptomonedas deriva en un consumo de energía bastante alto, lo que afecta seriamente al medio ambiente diariamente.
De hecho, la Agencia Internacional de Enería (IEA), ha publicado en uno de sus informes, que es el negocio con mayor consumo eléctrico en todo el mundo.
Según cálculos realizados por Digiconomist, solo la producción de bitcoin ha contribuido con 41.400.000 toneladas de CO₂ a la huella de carbono, 14% más emisiones de carbono de lo que España envía a la atmosfera.
Consideraciones a favor de las criptomonedas
Hay quienes afirman que no necesariamente la producción de bitcoin está relacionada con la huella de carbono.
Esto se debe a que la energía utilizada por los ordenadores desde donde se mina, no siempre tiene como fuente los combustibles fósiles (petróleo, gas o carbón). Si no que hay quienes usan energías renovables, provenientes de hidroeléctricas o de aerogeneradores. Incluso en algunos casos se alimentan de energía nuclear.
Por lo que antes de aseverar que se está contaminando el ambiente, hay que tomar en cuenta cómo se genera la energía consumida.
De hecho, en algunas provincias chinas, específicamente Yunnan y Sichuan, se ha incrementado la producción de bitcoins, debido a que consumen la energía proveniente de una represa, que de no usarla simplemente se perdería.
Por otro lado, hay quienes toman el metano que se extrae del petróleo para obtener electricidad.
Desafortunadamente, estos son casos muy atípicos. En la mayor parte de la minería de criptomonedas la energía proviene de generadores de dióxido de carbono.
Otros también hacen un llamado a considerar que la producción de las criptomonedas es limitada. Sin embargo esto no es 100% verdad.
En el caso del bitcoin esto se cumple, ya que solo podrán ser minados un total de 21 millones. Al día de hoy se ha minado el 90,274% del total, quedando por minar solo 2.042.512,5 unidades, a razón de 900 por día. Por lo que en menos de 7 años finalizará la producción de esta criptomoneda.
Pero el algoritmo desarrollado por Ethereum permite producir Ether sin ningún tipo de límite. Además, frecuentemente van surgiendo otras cadenas de bloques que de manera limitada o no, requerirán de consumo eléctrico para minar sus tokens.
Y como último punto de reflexión en defensa del bitcoin, se tiene como ventaja el hecho de que las criptomonedas no requieren impresión en papel ni uso de tinta. Por lo que se evita la tala de árboles, así como el consumo generado por los equipos que se encargan de estos procesos.
No obstante, habría que medir realmente que afecta más al medio ambiente para sostener este argumento.